lunes, 2 de diciembre de 2013

LA ENTREGA DE LA RADIO MEXICALENSE: ARTICULO DE MIGUEL ANGEL HUESO PALACIOS (PARTE I)

A continuacion reproduzco este articulo que aparece en el portal "Enlace Informativo" (Enlaceinformativo.net) de la autoria de Miguel Angel Hueso Palacios.
“La razón por la cual no vendimos las estaciones fue porqué éramos los mejores y
deberíamos de seguir siendo los mejores”

Mario Enrique Mayans-Manuel Hurtado
Cadena Baja California

Los años finales del Siglo XIX, fueron fundamentales para los cimientos de la era
contemporánea en la que vivimos. Nuevas ideas, nuevos inventos, nuevos desarrollos
sociales. De ahí que, el invento de la Radio en el Mundo tenga coincidencia con la
exploración de futuros polos sociales donde fueran a implementar las tecnologías que se
venían esbozando. Uno de esos lugares que se exploraban para que floreciera el desarrollo,
fue la parte septentrional del Territorio Norte de la Baja California, específicamente el área
del Delta en la desembocadura del río Colorado en el Golfo de California. Pasaron más de
treinta años, desde la vergonzosa actitud del gobierno de México en el Tratado de
Guadalupe Hidalgo, para que la administración de Porfirio Díaz decidiera establecer un
polo de desarrollo poblacional en la nueva línea fronteriza con Estados Unidos para evitar
más invasiones extranjeras a territorio nacional (Hendricks, 1996).

Mexicali se forja en los últimos años del Siglo XIX para oficialmente fundarse en el año
1903. Su desarrollo se basa en la agricultura debido a las fértiles tierras y abundante agua
derivada del destile hídrico del Colorado. Una oferta de trabajo, tierras y bienestar, fueron
las ventajas que tomaron en cuenta los primeros migrantes que a pesar del desierto
implacable con temperaturas extremas, se establecieron muy cerca del cruce fronterizo con
la igual incipiente ciudad de Calexico, California.

La dinámica de crecimiento de la ciudad, el auge económico y la accesibilidad desde el
centro de la República motivan a que Mexicali sea nombrada la Capital del Territorio Norte
de la Baja California en 1915. La población del novel Municipio en 1920, según el censo de
la Dirección de Estadística, registraba 14 mil 599 habitantes que representaba el 62% de la
población de todo el Territorio (Padilla y Sotelo- Juárez, 1999). La dinámica de crecimiento
poblacional iba en ascenso a una tasa del 10% anual para llegar en 1930 a la cifra de 29 mil
895 habitantes, en donde el casco urbano ocupa un poco más de la mitad de la población de
todo el Municipio.

Para Entonces, Mexicali era punto de reunión donde los bares y cantinas eran la atracción
de la zona, la música se escuchaba por doquier, incluso, en el caserío de la ciudad, ya
captaban en algunos receptores electrónicos, la melodía y el pensar estadounidense desde
estaciones de radio ubicadas en San Francisco, Los Ángeles, Chicago o San Diego.

En los inicios de la década de los 30´s del S. XX, cuando se inicia el auge de la industria de
la radiodifusión en México, la mayoría de los grandes centros urbanos del país contaban
con radiodifusoras. El Territorio Norte de la Baja California también entraba en el
movimiento radiofónico en México. En Tijuana, en 1930 ya funcionaba la XEFD donde
incursionaron artistas estadounidense que forjaron los inicios de la Radio en esa ciudad
(Sterling, 2011).

En Mexicali, la afición al nuevo invento que producía música, empezaba a cobrar mucho
interés entre la población, antes siquiera en pensar tener una estación de radio local, la
gente se aficionaba a la programación musical que provenía de aquellas ciudades
importantes de los Estados Unidos.

En un cuaderno publicado por la familia Castro Bojórquez en 1994 titulado Luis Castro
López y la Radiodifusión en Baja California describe la forma en cómo Luis Castro, un
técnico radioeléctrico que había tomado cursos por correspondencia, construye un pequeño
trasmisor que serviría para fundar la primera radiodifusora en la localidad. El escrito es
atribuido a Armando González Martínez quien afirma haber entrevistado a Castro López en
1974. Los sucesos de la primera estación fueron registrados el 16 de septiembre de 1931 y a
la emisora naciente se le adjudicó, por parte del mexicalense, las siglas XEM, que según el
relato, correspondería, de manera inversa a las primeras tres letras del nombre de la ciudad.
“Señoras y Señores, esta es XEM, trasmitiendo desde los Ángeles, California en ocasión de
la celebración de las fiestas patrias de México, escuchan Uds. a la famosísima Banda de la
Policía de la Ciudad de México bajo la dirección del inminente músico mexicano don
Fernando Torreblanca” (Castro, 1994)Castro había mencionado una mentira porque
francamente sentí temor de que no fueran a creerme que nacía la primera difusora
comercial en Mexicali” dijera el propio Castro López en la obra de Castro Bojórquez.
En otro texto, que compila una serie de entrevistas que hiciera Radio Universidad en 1992,
el propio Castro López dicta otra versión; afirmó que cuando su pequeño trasmisor
funcionó, corrió “por toda la ciudad a anunciar que había una estación de radio mexicana
que se escuchaba en Mexicali, eso fue aproximadamente en 1933 o 1934”. (Ortiz, 1994).
En el libro Testimonios de la Radio en Mexicali, de Manuel Ortíz Marín, publicado en
1994 por la Universidad Autónoma de Baja California, transcribe una serie de mesas
redondas donde hablaron del quehacer de la radio en la localidad, Luis Castro López en una
intervención agrega a la hora de narrar los acontecimientos que marcan la primera
radiodifusora:

“…fue la primera estación de radio en toda Baja California. El primero de Octubre de
1934, lancé la estación al aire con las iniciales de XEME, la primera sílaba de Mexicali,
pero resulta que me cayó la Policía Federal de Comunicaciones y me multaron, me
quitaron el trasmisor, un amigo mío mandó una carta a México, para que me dieran el
permiso y me lo dieron por 7.5 watts…entonces me dieron el permiso, pagué la fianza y les
dije que me dieran unas letras que justificaran mi trabajo como XELC, de Luis Castro,
igual que la XECL de Carlos Lacarra, entonces me dieron la XEAO ¿qué quiere decir?
Adelante Octubre. Cuando inauguré la estación yo les dije que pusieran la estación de
radio aquí en Mexicali, el 1 de octubre y se puso la Marcha de Zacatecas”.

Manuel Ortíz Marín 1994

Las versiones de Castro que difieren entre sí en texto y datos, encuentran sentido a las
diferencias que se tenían entre los actores del medio en el último cuarto del Siglo pasado.
Algunos defienden la tesis que Luis Castro nunca tuvo una concesión, pero lo que está
fuera de duda es la paternidad de la primera radio en la ciudad de Mexicali con o sin
concesión del gobierno federal. Lo anterior lo prueba una nota periodística del 18 de junio
de 1932 del periódico El Regional de José Severiano Castillo, que la titula “Una estación
radiodifusora en esta ciudad”, describe que la escuchó en Calexico cuando buscaba música
en el cuadrante y se encontró con música mexicana; cuando terminó la melodía, relata
Castillo en la nota, anunciaron otra pieza con el remate de “La voz de Mexicali” e intrigado
busca la estación en la incipiente ciudad. Encuentra la emisora proporcionando detalles del
taller y aparatos que se encontraban en el momento de la visita (Castillo, 1932).

A la XEAO se une Juan C. Chávez (Castro, 1994), que después de fuertes diferencias, Luis
Castro decidió “regalarle” la estación, pero en 1992 en el mencionado programa de Radio
Universidad, afirmaba que Juan C. Chávez le había robado la “patente”; la conductora de
aquella mesa redonda, lejos de averiguar la trascendencia, desvió el tema con otra pregunta
(Ortiz, 1994).

El mismo periódico El Regional, en su edición del 30 de junio de 1934, igual relata en una
nota en portada, la llegada de la segunda estación de radio en Mexicali, la XEAA de don
Miguel González, que afirmaba que la estación no era de él, sino de otra persona y que la
estación estaba “incondicionalmente al servicio del gobierno y muy especialmente para la
defensa del gobernador…y (además) para desmentir noticias falsas…” (Castillo, 1934).
Miguel González Quiroz, dueño de la Cervecería Mexicali, anunciaba la relación que iba a
tener la nueva tecnología con la sociedad.

En 1938 surgiría una nueva estación, la XECL, de Alfonso Lacarra además que en ese
mismo año, la XEAA, pasaría a manos de Antonio Eguía Tello.

El negocio de la radio se posicionaba en la sociedad mexicalense debido a una
experimentación tecnológica novedosa en el seno social. Se anexaba un ingrediente más al
bagaje sociocultural de la época. La música, las dedicatorias, las complacencias, la
información, todo se amalgamó para moldear un auditorio que creó interés en algunas
empresas como la Cervecería Mexicali, que durante mucho tiempo fue quien arropaba a los
radiodifusores como su principal patrocinador. Al paso de la Segunda Guerra Mundial, el
negocio de la radio rendía excelentes frutos y se convertía en el eje de la difusión social y
cultural del momento. Nuevas empresas llegaban a la Capital y utilizaban a la radio como
un vehículo oportuno para darse a conocer, una de ellas era una empresa que vendía
cerveza que producían en la vecina ciudad de Tecate.

Miguel González, patrocinador por muchos años de las tres estaciones que había en el
Mexicali de la posguerra, se sintió con la libertad de pedirles a sus proveedores de
publicidad no trasmitir anuncio alguno del nuevo competidor, obteniendo una negativa
como respuesta de parte de los empresarios de la radio. Este acto, motivó a González de
hacerse de su propia estación, naciendo en 1947 la XED concesionada a Carlos Blando
(Castro, 1994).

La radio se volvía para los industriales un instrumento político, para la defensa del
gobernador al igual que un instrumento mercantil donde lo más importante era conservar
monopolios. González visionaba la práctica, a escala nacional, de los medios electrónicos a
lo largo de casi 80 años. Una relación de la técnica con la sociedad manejada desde la
perspectiva de conservar el poder económico y político del entorno.

Las cuatro estaciones mencionadas fueron las estaciones emblemáticas de la localidad.
Mexicali giró alrededor del quehacer de esas radiodifusoras. Casi diez años pasaron para
que aparecieran otras estaciones:

En 1954 aparece la XEGE de Jesús Eguía Molleda y que después pasaría a manos de
Nicolás Rodríguez Mérida como la XERM;

Sergio García Bernal-Alonso Esquer Parada fundan la XEWV en 1955;
En 1957, Francisco Gutiérrez Magallanes funda la XESU que más tarde la adquiriría
Carlos Blando;

El grupo de la Cervecería Mexicali, con Carlos Blando al frente, concesiona otra estación
más, la XEHG en 1958. Las tres estaciones, XED, XESU y XEHG a cargo de Blando,
forman el primer grupo radiofónico de la localidad “La Cadena de la Frontera
Miguel Vildósola Castro en 1964 creó la XEZF. Ya para entonces, el propio Vildósola
había obtenido la concesión de la radiodifusora de Alfonso Lacarra, la XECL.
Eloisa Eguía Tello recibe la XEDY en 1965, una concesión de radio para trasmitir desde el
corazón de la poderosa zona rural del Municipio.

La lista la completa, la única estación de radio que no era de mexicalenses, la XEMBC de
Mario Enrique Mayans, empresario tijuanense que probó suerte en Mexicali para completar
el grupo radiofónico regional Cadena Baja California, conformado por la propia XEMBC
adquirida en 1967, la XEDX en Ensenada y la XEBG de Tijuana. Cadena que a la postre
sigue funcionando intacta a la fecha. (Lozano, 1991) (Castro, 1994).

Las empresas locales competían por un mercado local, un mercado que entendía. La
simbiosis entre la radio y la sociedad era estrecha desde su mismo sostén. Ese lazo que
existía entre el radio-escucha, salvó en más de una ocasión de penurias económicas que
arrastraban algunas estaciones. Armando González Martínez, quién se hacía llamar
“Caracoles”, describe anécdotas como la ocurrida en la XEAO en 1942 cuando arrastraban
una dura situación económica y alguno de sus locutores “…se le ocurrió cobrar a 50
centavos cada dedicatoria y como las solicitudes estaban de moda y se pedían por cientos
cada día, aquella puntada de Carlos (González) resultó ser el milagro famoso.
Se recaudaba diariamente chorros de pesos…”, después, con el éxito, subieron la tarifa a
peso para ir al 50% la estación y locutor (Castro, 1994).

La música en vivo en los auditorios de las propias estaciones, la información del diario
quehacer de la ciudad y otros vínculos estrechos de la radio con la sociedad fueron
diluyéndose con la llegada de otras tecnologías, pero más estragos causó la falta de una
visión de Estado en materia de medios electrónicos en su relación con la sociedad. El
manejo del sector se lo dejó a un obsceno grupo sin freno ni sentido social que dictó las
políticas de facto en la materia, que implementó una cruzada de exterminio de concesiones
locales para concentrar un poder que le ha servido para obtener mayores ingresos de su
comercialización así como una mayor fuerza en las negociaciones políticas que lo han
llevado hasta dictar un marco jurídico a modo que beneficia la perpetuidad del grupúsculo y
obstaculiza otras alternativas mediáticas.
(Continuara)


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